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jueves, 21 de noviembre de 2019

Escalera al infierno


(Análisis de una obra de arte)

Ayer vi 'JOKER', me pareció muy buena. Pero había algo que me incomodaba: al chabón le habían pasado todas, no se libraba de una, era demasiado. Y me dije, 'No es otra cosa más que otra buena película americana'.
Pero de pronto, mi cabeza hizo un clic. Empecé a verla con otros ojos (con esos de Freud y el malestar en la cultura). Ya no era el Joker (o el Guasón) al que estaba mirando; ya no era su historia. Independicé al personaje de la saga de Batman, el cómic, las películas, etc., y toda su cosmogonía. El Guasón, el tipo ése, es una representación social. Es más, más que una representación social, es la sociedad toda: asqueada, maltratada, lastimada hasta el dolor, y la miseria de no poder cambiarse a sí misma. Un destino trágico que, al menos que aparezca un cambio paradigmático, nos espera a todos. Y no dentro de mucho...
No estoy hablando de otra cosa que, nada más y nada menos, del posmodernismo. Como lo explica la propia palabra: el modernismo ya terminó (hace tiempo) y seguimos en un post, en algo que ya terminó, que ya no da más. Y para peor, aún nada nuevo comenzó. Estamos en ese limbo donde todo vale y nada ni nadie vale nada.
La película es oscurísima, como la sociedad misma. Un descenso, una escalera al infierno.

¿Qué hacemos?

¡Solamente estamos yendo al cine a contemplar la extinción!









Autor: Cristian Crucianelli

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