Mujer
¡Hay tantas
formas de acariciar tus formas
y tan pocas de abandonarlas…!
En la noche el artificio se
pierde,
y la piel es
más animal.
Mis manos
huelen el camino
y, en las
curvas perversamente tenues, se confunden.
Hiere la
tersura y, en espiral,
caigo del
principio al final.
Del hueco de tu
boca a la boca de tu sexo,
allí, donde algo
ancestral de mí, desea morir.
Autor: Cristian Crucianelli
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